Oír, escuchar, lenguaje y aprendizajeTomates nos muestra que oír y escuchar son funciones diferentes. Oír es percibir pasivamente los sonidos, en cambio escuchar se refiere a poner atención y procesar lo que se desea percibir. “Escuchar es de vital importancia en el proceso de aprendizaje”. Desde antes del balbuceo el niño entrenó su oído para reconocer los sonidos del idioma de sus padres, cuando sienta el deseo de comunicarse deberá aprender a imitar dicho idioma (practicará escuchándose a sí mismo, punto de partida de la adquisición del lenguaje oral).
Al comenzar el lenguaje escrito, el lenguaje oral debe estar bien establecido, así los sonidos del idioma pueden ser traducidos fácilmente a su forma escrita.
La música y el escuchar
La música está compuesta por dos elementos: ritmo y melodía. La integración de la música se realiza a través del oído interno que consta de dos partes: el sistema vestibular (controla el equilibrio y movimientos corporales), que permite la integración del movimiento que forman el ritmo de la música; y el sistema coclear, que transforma vibraciones acústicas en influjos nerviosos, lo que permite la recepción de la melodía. Por lo tanto, la música se compone de una serie de sonidos organizados que el oído debe analizar.
La música y el lenguaje oral
Las principales características de la música que se encuentran en el lenguaje oral son: el tono, el timbre, la intensidad y el ritmo. Es por esto que la música puede ser considerada como un lenguaje “pre-lingüístico”, ya que sólo falta el valor semántico.
A medida que transcurre el tiempo, el niño atribuirá significado a los sonidos que emite, puesto que al percibir los versos y bailes como un juego el niño se estimula a escuchar, aprender y vocalizar (las canciones infantiles actúan como catalizador entre el mundo no verbal y la comunicación verbal). Así también, al incluir los números en las canciones, se facilita la integración de datos y conceptos aritméticos.
El niño con problemas de escucha
Al niño con problemas de escucha no le son provechosos los efectos de la música descritos anteriormente, porque no le es interesante, debido a que la recepción de los sonidos es defectuosa y por ende distorsionada. Así también, le desagrada la música clásica, ya que los sonidos agudos son como un serrucho metálico que lastima e irrita sus oídos. Prefieren principalmente la música rock y disco, debido a que estos sonidos son más fuertes, especial para un escuchador deficiente.
El uso de la música en el método Tomatis
El propósito de este método es el mejorar la capacidad y reducir los problemas relacionados con el escuchar, es decir, es un programa de entrenamiento auditivo en fases. En este programa se usan normalmente cuatro tipos de información musical:
La música de Mozart: Parece lograr el más perfecto equilibrio entre los efectos relajantes y vigorizantes del sonido. Se utilizan filtros electrónicos para suavizar los tonos graves y así estimular la percepción de la armonía alta;
Canto Gregoriano: Esta es una técnica musical con un ritmo compatible con el de la respiración y los latidos cardíacos de una persona calmada y relajada.
Canciones Infantiles y Valses: El rol que cumplen estas canciones, como se explicó anteriormente, es estimular el escuchar y el vocalizar.
Para finalizar, se puede decir que el método Tomatis es provechoso para niños con problemas específicos del lenguaje, aprendizaje y comunicación en relación con el escuchar débil o deteriorado.
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